El punto de venta

Por todos es sabido que “el espacio” es el recurso más escaso y más caro que un establecimiento posee. Por tanto, uno de los objetivos fundamentales es rentabilizar al máximo cada metro cuadrado a través de una distribución adecuada de la superficie del local y de la superficie de exposición de los productos.

En la actualidad, la supervivencia de cualquier negocio pasa por acercar al máximo el producto al cliente, evitando barreras entre ellos ya que es en el último instante cuando se produce la mayoría de decisiones de compra y debemos facilitar el contacto, seducción del producto a su futuro consumidor

El espacio tradicional ha de convertirse en una exposición tentadora, puesto que todos los artículos tienen que situarse a la vista y al alcance de la mano del cliente, y tienen que venderse mediante una buena presentación.

En consecuencia, todos aquellos productos que no estén expuestos debidamente, es decir, no comuniquen sus puntos fuertes de una forma atractiva o innovadora, suponen una importante pérdida de beneficios.

 

Es necesario adecuar los PLV al tipo de producto

Se trata de poner el máximo de productos en contacto con el máximo de clientes durante el máximo tiempo posible, pues esta comunicación producto/cliente será así más efectiva, ya que no dejará tiempo a pensar al cliente.

A partir de esta idea, debemos trabajar en la mejora de comunicación. Se trata de hacer que, de alguna forma, nuestro producto destaque entre todos sus compañeros de viaje.

Para ello se deben investigar nuevas soluciones para la instalación de soportes publicitarios en el lugar de venta (PLV). En un primer momento, los focos a centrarse han de ser la luz y el movimiento.

Tenemos que tener en cuenta siempre que un PLV no es más que una “mini tienda” dentro de una tienda, por ello, el objetivo es conseguir que este elemento sea capaz de vender por sí solo el máximo de productos posibles.

A la hora de escoger en qué punto de la tienda colocaremos nuestro PLV, debemos tener en cuenta múltiples variables: circulación de la clientela, espacio, entorno, etc.

Tendremos que definir también el periodo de permanencia del producto en el punto de venta. Este viene dado por el ciclo de vida del producto, del expositor y del retorno de la inversión inicial.

 

El resultado es:

– Facilitar al cliente la localización de aquellos productos que había previsto adquirir.

– Despertar en él (el cliente) los deseos de compra de aquellos productos que no había previsto comprar.

 

Pueden consultar, si lo desean, algunos ejemplos de nuestros trabajos en el apartado “PORTAFOLIO” de nuestra web, así como pedir presupuesto sin compromiso mediante la misma web.

 

 

 

Fuente: innovacionplv.com

 

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